La temporada pasada fue decepcionante. Un equipo que no juega a nada, un entrenador más pendiente de marcharse que del equipo, unos jugadores anteponiendo su relación con el entrenador a los intereses del club, una directiva tomando decisiones tarde y unos directivos (consejero delegado, director deportivo y entrenador) despedidos a mitad de temporada.
Un futuro deprimente e incierto. Se vende al mejor jugador e icono de la plantilla, con rumores de seguir vendiendo jugadores, una directiva que no transmite nada, que para transmitir no transmite ni un mensaje claro y transparente de lo que está pasando y va a pasar. Un presidente, aparentemente, más centrado en recuperar su inversión que en hacer un club potente. Y poca confianza, a día de hoy, de que se pueda montar un equipo competitivo de cara a la próxima temporada. Siguiendo así, otra temporada más, sin proyecto deportivo claro y definido.
Y un presente desalentador, con una masa social cabreada por las recientes decisiones tomadas por la directiva. Ante el pasado reciente y el posible futuro nos presentan una campaña de abonos con subidas de precios de un 40%, con la única explicación de que lo que interesa es ingresar 1 millón de euros.
Y sabiendo que difícilmente asistiré un solo partido a Cornellà debido a los 1800 km de distancia que me separan. El año pasado no vi ningún partido en Cornellà, siendo el único en directo que pude ver el amistoso que se jugó en Hamburgo, a unos 300 km de casa. Probablemente la temporada siguiente sea igual y no vea ningún partido de nuestro querido Espanyol. A no ser que vuelvan a jugar algún amistoso cerca.
Pero aún y a pesar de todo renovaré. Porque mientras mi bolsillo lo pueda permitir renovaré. Lo dije hace tiempo, no renuevo porque vaya a ver los partidos, ni por los jugadores que tengamos, ni por el juego que hagamos. Renuevo por el amor a unos colores que es lo único que me queda a este club que todos queremos. Para mí, renovar mi carnet, es mi pequeña ayuda y aportación a que este club siga vivo y pueda seguir creciendo.
Por eso, aunque mi cabeza me dice que no y mi bolsillo me lo agradecería, mientras que éste se lo pueda permitir seguiré renovando otro año más.
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