Creo que ya lo he dicho muchas veces que nunca he sido una persona de ídolos. Me han gustado algunos jugadores más que otros. Me he sentido identificado más con jugadores que han destacado en nuestro equipo o han sido luchadores o han sabido entender y representar nuestro club y sus valores, pero sin ser ídolos.
Por otra parte, y probablemente relacionado con el punto anterior, nunca me han preocupado las ventas de jugadores. Si no, las compras que se hacen en su reemplazo. Si vendemos al Osvaldo de turno que no sea para traer al Boghossian del momento (no lo toméis como nada personal, son los primeros dos nombres que me han venido a la cabeza). Algo así como ha estado haciendo el Sevilla durante muchos años. Se venden las estrellas por precios caros, pero para comprar buenos jugadores por precios más baratos, manteniendo o, incluso, mejorando, la calidad del equipo.
Llevamos unos días que se viene hablado de la posible venta de Gerard Moreno a final de temporada. Hace falta (como siempre) una venta para cuadrar los números y Gerard, parece ser, el mejor situado. Probablemente el único que se ha revalorizado y se puede vender por una cantidad interesada.
Entonces pienso, ¿vendemos o no a Gerard?
Dicho todo lo anterior, diría que me da igual. Si lo venden por su precio justo y ese dinero lo utilizan para traer uno o varios jugadores que sirvan para mejorar el equipo, pues que lo vendan. Esto se trata de montar un buen equipo y hacer las cosas bien. Yo quiero tener un equipo que luche con dignidad, que haga un buen papel en la Copa del Rey y podamos, finalmente, luchar cada temporada por entrar en la Europa League. Independientemente de los nombres.
Pero hay que mirar el contexto en el que estamos y socialmente estamos cada vez peor. No me refiero sólo a las peleas políticas internas de la grada o del conflicto entre el club y la grada Canito. Me refiero al desenganche creciente que tiene el seguidor con este equipo, cada vez más apático. Seguramente la ilusión que provocó la llegada de Chen y sus promesas de montar un buen equipo hayan ayudado, al ver que ya han pasado dos años y estamos como siempre.
Por eso si se vende a Gerard a final de temporada puede ser el golpe de gracia. La venta de un jugador franquicia, del único jugador que ahora puede representar los valores del Espanyol, probablemente el único jugador (junto con Diego) con el que la afición se siente identificado. Venderlo podría acabar por significar el desenganche emocional de muchos socios con todo lo que ello puede significar. No renovaciones y menos asistencia al estadio.
Entiendo que debe ser complicado, en nuestra situación, conseguir los ingresos que hacen falta para poder fichar pero se debería intentar que estos no llegasen a través de la venta del actual único emblema del club o la solución podría provocar un problema peor.
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