A estas alturas creo que ya todos sabemos lo que pasó durante el día del viernes. Se habló que Quique Sánchez Flores tenía sobre la mesa una oferta del Stoke City de la Premier League. Le ofrecían un elevado sueldo y un proyecto a largo plazo. Parece ser que estuvo hablando con ellos, que el Espanyol le abrió las puertas a marcharse, incluso se habló que el Espanyol llegó a hablar con el Stoke y en el último momento Quique decidió quedarse. Según la rueda de prensa se quedó por que quiso, según los rumores porque el Stoke no aceptó la condiciones que ponía el Espanyol. Enfatizo rumores, se habló y parece ser porque yo no sé lo que realmente pasó, sólo lo que se fue hablando durante el día del viernes.
Y, como era de esperar, lo más divertido pasaba en las redes sociales de Facebook y Twitter, donde no faltaron adjetivos como mercenario y pesetero. O los seguidores que defendían la postura de Quique.
¿Es profesional los que supuestamente hizo Quique? Probablemente no lo sea. Cuando firma un contrato con un club, firma un contrato por temporada. Cada temporada es un proyecto nuevo y marcharte a mitad de temporada es dejar a medias el proyecto por el que se comprometió. Puedo entender las razones que le llevaron a quererse marchar y por las que no pueda estar a gusto en el club. Pero una vez comenzada, entiendo que debería estar comprometido en hacer la mejor temporada posible y negociar su marcha al finalizar la misma. Aunque también puedo entender que si el club tiene el derecho a echarlo cuando no le gusta cómo hace su trabajo, él también podría tener su derecho a marchar si no le gusta cómo están yendo las cosas.
¿Es Quique un mercenario o un pesetero? Pues no creo que lo sea mucho más de lo que lo seas tú o lo pueda ser yo. Todos trabajamos por dinero y creo que muy pocos de nosotros trabajemos gratis. Yo trabajo en lo que me gusta y en la profesión que yo decidí ejercer, pero trabajo para ganar un sueldo. Si alguna empresa me ofreciese un mejor proyecto y un mejor salario me marcharía seguramente. Y, con más razón, si no estuviese contento en la empresa en la que estuviese trabajando.
Somos bastante adultos para entender que los futbolistas son profesionales del fútbol y que los sentimientos solo están en las gradas. Que los futbolistas, al igual que tú en tu trabajo y yo en el mío, se mueven por su propios intereses en sus condiciones laborales. Y que nunca podemos exigir o etiquetar a un futbolista por tomar una decisión que nosotros, como seguidores, no compartimos porque no vemos el club de la misma forma pero, en cambio, sí tomaríamos en nuestra vida privada.
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