No puedo quejarme de Poche

Pochettino no es perfecto y podremos quejarnos de él muchas cosas. Podremos no entender ese empecinamiento que parece tener poniendo a Galán en banda derecha, cuando no tiene nivel para jugar en el Espanyol. O puede ser criticable esa obsesión por no cambiar el sistema y no saberse adaptar a según qué rivales y según qué circunstancias de los partidos. También se podría criticar esa manía, muchas veces, de hacer los cambios tarde y, en ocasiones, sin sentido. Pero, a pesar de todo esto y muchas cosas más que se puedan decir, a mi me es imposible quejarme y criticar su trabajo y, a día de hoy, no lo haré. Lo que está haciendo temporada tras temporada no tiene nombre y hay que saber valorar lo que ha hecho hasta el momento.

Desde su primera temporada en el Espanyol sólo ha tenido problemas, todo tipo de problemas, y no sólo ha salido de todos, sino que el equipo, año tras año, parece ir creciendo, en silencio. Cogió un equipo destrozado casi en segunda, sufrió el fallecimiento de un jugador, le han vendido titulares a mitad de temporada, cada verano le venden, al menos, un par más (incluso esta temporada cuatro) y, temporada sí temporada también, tiene que sufrir una plaga de lesiones que incluye hasta los porteros. Y poco a poco, en silencio, sin quejarse de nada, ha ido luchando contra todo.

Ha inculcado al equipo un estilo de juego muy definido, algo que, probablemente, sólo hemos podido ver, en los últimos años, con Valverde o Camacho. Se puede ver una filosofía de cantera, apostando claramente por la gente de filial y dándole, a la gran mayoría, los minutos que necesitan. Y si miramos hacia atrás en el tiempo sólo podemos ver que el equipo ha ido creciendo poco a poco y cada vez más regular. Y todo esto sin quejarse del desmantelamiento que sufre cada año, sin reclamar que así, con falta de recursos, no se puede trabajar y demostrando que trabajando serio se pueden conseguir resultados.

Desde la parte profesional de la gestión de equipos, yo sólo puedo quitarme el sombrero ante Pochettino de cómo está trabajando ante este entorno profesional tan incómodo. Eso no significa que tenga crédito indefinido, al menos por mi parte. Mientras siga trabajando así tendrá toda mi confianza y no me quejaré de su trabajo, cuando haga menos de lo que puede hacer con los recursos de los que disponga…

P.S.: La holgazanería y pereza que tengo últimamente a la hora de escribir posts en el blog han hecho que un post como este, que lo tengo pensado desde hace más de una semana, parece demasiado oportuno después del partido contra el Barcelona.

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