Esta semana la empezábamos con unas declaraciones del presidenciable al Barcelona, Alfons Godall, donde decía que “no le gustaba un F1 con pilotitos merengues y pericos“. No voy a comentar dichas declaraciones, porque se retrata él solito, demostrando lo poco listo que es, a parte que la respuesta de Jaume Alguersuari ha sido más que suficiente. Aún así, este hombre debe seguir muy pocos deportes porque, a parte de la F1, tampoco le gustará, entre otras cosas, la NBA (donde están los pericos Rudy Fernández o los hermanos Gasol), la natación sincronizada (donde está Gemma Mengual), waterpolo (con el campeón Dani Ballart), boxeo (Xavi Moya) o no se habrá enterado que, en los JJ.OO. de Vancouver debutó por primera vez en la historia del deporte español un deportista de nuestro país en la modalidad de skeleton, ya que se trata del perico Ander Mirambell. Ni siquiera debe seguir los devenires de su sección de baloncesto, ya que tienen en sus filas al perico Ricky Rubio.
Pero no es esto de lo que quería hablar, si no de una duda que tengo desde mucho tiempo y me ha vuelto, con estas declaraciones. He leído y escuchado hasta la saciedad que no somos rival del Barcelona y que no significamos nada para ellos. Que no le hacemos sombra ni deportiva, ni social, ni económicamente. Que no nos hacen caso porque ya no somos su rival. Todo eso es, tristemente para nosotros, completamente cierto. Pero mi pregunta es, si eso es cierto, ¿porqué todavía hay mucho culé que sólo piensa en nosotros? Si yo a alguien no lo considero rival o enemigo, simplemente lo obvio. Sólo hago caso a quien me importa y a quien me interesa batir.
Por eso, no entiendo ciertas actitudes como la de Godall, que nos ataca sin venir a cuento. Tampoco entiendo que el vicepresidente Perrín hiciese unas declaraciones diciendo que el año pasado el Barcelona ayudó al Espanyol, dejándose ganar. O que en mi época de visitar “El Mundo Deportivo” tenía que aguantar decenas e, incluso, cientos de comentarios culés insultándonos, sin venir a cuento, en las noticias del Espanyol. Si no somos nadie, ¿porque lees nuestras noticias y nos insultas? A lo mejor molestamos más de lo que algunos reconocen. O como algunos “periodistas” escriben, por que sí, artículos donde nos llaman segundones o fascistas.
Sé que nadie me va a responder ni aclarar esta duda, pero mientras que se sigan sucediendo declaraciones como las de Godall, seguiré sin entender la incoherencia del doble rasero de por una parte te digo que no eres nadie y te ninguneo, pero por la otra, cuando puedo te insulto y menosprecio.
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