A raíz del partido que ha enfrentado, este pasado domingo, al Espanyol contra el Mallorca en el Estadio de Cornellà-El Prat, he recordado mis inicios como perico.
No recuerdo qué temporada era, ni qué edad tenía yo. No recuerdo qué entrenador teníamos, ni cuáles eran nuestros jugadores. No recuerdo si íbamos bien en la liga o si íbamos dando pena, como últimamente. Ni siquiera recuerdo cuál fue el resultado del partido. Mi único primer recuerdo como perico es que fui a ver un Espanyol-Mallorca a Sarrià. Ese fue el primer partido que vi (al menos el que mi memoria me dice). Sólo me recuerdo a mí en el gol de General Mitre (creo que era el Gol Norte, pero después de tantos años, nunca tuve claro si yo estaba en el Gol Norte o en el Sur) y que mi padre me tuvo que aclarar que el Espanyol no era el equipo que iba de rojo. Ahí se acaban mis primeros recuerdos como perico.
No recuerdo si fue la misma temporada o no, pero tengo ligeros recuerdos de ese gran entrenador que tuvimos, llamado Xavier Azkargorta y después mis siguientes recuerdos claros ya son de la liga del play-off, la temporada 1986-1987, donde yo ya tenía 10 años. Recuerdo, de esa temporda, girarme a las banderas y ver siempre, con orgullo, la del Espanyol en tercera posición, sólo superada por el Barcelona y el R. Madrid. Recuerdo finalizar la liga regular y pensar que el Espanyol lucharía por el título en el play-off y recuerdo cómo iba pasando el play-off y seguía viendo la bandera del Espanyol en tercera posición. Como ya sabemos, terminamos clasificándonos para la UEFA de Leverkusen. Mis primeros recuerdos me dicen que teníamos jugadores como Lauridsen, N’Kono, Ernesto Valverde, Miquel Soler, Golobart, Orejuela, Job, Pichi Alonso, Iñaki o, el que era mi ídolo, Michel Pineda. No sé si era un gran equipo o no, pero en mi memoria ha quedado que era un equipazo. En definitiva, me dice que quedamos terceros de una Liga y llegamos a la final de la UEFA.
Por lo tanto, cada vez que jugamos con el Marllorca me vienen buenos recuerdos a mi mente de mis inicios en la militancia perica. Aunque no puedo evitar que sea un equipo que me produzca una sensación agridulce ya que, no sólo fue el equipo con el que empecé mi militancia perica, si no que también es el equipo con el que viví mi primer descenso a senguda.
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